JORNADA 10: EMD REOCÍN – CD LOS RÍOS
Los Ríos nada para morir en la orilla
La pésima primera mitad fue una losa demasiado grande para el equipo santanderino, que no pudo culminar la remontada.
En estas categorías tan igualadas, “regalar” media hora de partido suele tener funestas consecuencias. Más aún, si cabe, cuando esto ocurre en un choque que enfrenta al primer y al segundo clasificado de la Liga mediando apenas un punto entre ambos.
El partido se presentaba a priori como un bonito duelo entre dos equipos favoritos para el ascenso a Regional Preferente y, visto lo visto a lo largo de los 90 minutos, no defraudó a sus espectadores. Salieron ambos equipos con ganas e intensidad, cada equipo con sus armas: el Reocín con una sólida defensa y rapidez arriba, Los Ríos con su habitual juego combinativo. Los primeros quince minutos fueron de tanteo, con tímidos acercamientos al área rival por parte de ambos conjuntos, pero sin ocasiones claras. Pero poco a poco, esta igualdad de inicio fue diluyéndose y la presión local comenzaba a imponerse netamente sobre los visitantes, incapaces de superarla. El Reocín se imponía con facilidad en cada balón individual y llegaba con claridad al área rival, creando peligro tanto por bandas como por el centro ante una frágil disposición defensiva de Los Ríos. Así las cosas, y tras varios avisos, el primer gol llegaba en el minuto 35, tras un centro desde la banda izquierda al segundo palo para que el extremo derecho local controle, se lo piense tranquilamente ante la impasible zaga visitante y cruce el balón al otro palo, imposible para Vía. Los Ríos mostraban por primera vez en la temporada fragilidad defensiva y apenas 5 minutos después, ante la inopia visitante, una nueva jugada elaborada por los delanteros del Reocín, muy superiores a los defensas verdinegros durante toda la primera mitad, acababa con un remate a placer al fondo de las mallas. Corría el minuto 40 y, con justicia, el Reocín se colocaba con un 2-0 a favor en el marcador ante un desconocido Los Ríos. Los últimos 5 minutos de la primera parte apenas sirvieron para que los verdinegros ofrecieran un par de destellos de personalidad y amor propio, pero poco más.
Tras un intenso descanso en el que Azcona procuró recordar a sus pupilos la esencia del fútbol sin la cual no es posible conseguir ningún objetivo, los jugadores verdinegros salieron con el mismo sistema de juego pero con una actitud radicalmente distinta que sirvió para ofrecer a los espectadores unos minutos de fútbol sencillamente brillantes, con un juego rápido en ataque e intenso en defensa, de los mejores que se habían visto en la presente temporada. Y, cuando hay actitud, hay recompensa. En el minuto 10, centro medido de Kuman desde la banda izquierda para que el recién incorporado Bertín, de un magistral remate de cabeza, recorte distancias. Apenas dos minutos más tarde, buena asistencia de David por encima de la defensa para que Gelo se plante delante del portero y golpee el balón con virulencia, pero sin éxito, pues el portero rival lo paró con una genial intervención. El vendaval santanderino continuaba y con una especie de 3-3-4 sobre el campo, llegaría en el minuto 20 el penalti por mano de un defensa local que Aja transformaría en el 2-2 provisional. El Reocín estaba desorientado y Los Ríos desbocado: instantes después, pase de Bertín por encima de la defensa y Aja se planta sólo delante del portero pero, igual que ocurría diez minutos antes con Gelo, el portero rival adivinaba la trayectoria del disparo y evitaba el gol. No fue hasta el minuto 25 que el Reocín consiguió sacudirse el dominio visitante para llegar al área rival, pero en esa ocasión era Vía el que evitaba que el marcador se moviese. El partido estaba precioso, roto, de ida y vuelta, con ocasiones constantes, cuando llegó el definitivo gol del Reocín. Falta ejecutada rápidamente con un balón largo a la espalda de la defensa de Los Ríos que cae en un habilidoso jugador local que, con un gran gesto técnico, coloca el balón entre las piernas de Ciro y lejos del alcance de Vía. Era el 3-2 y la locura se apoderaba de las gradas de los de Puente San Miguel. Quedaba aún tiempo para la remontada, pero los últimos diez minutos pasaron con constantes interrupciones en forma de protestas, confusión y lanzamiento de balones al campo. Sin embargo, y pese a que el golpe anímico fue importante, Los Ríos se sobrepuso con más corazón que cabeza y llegó a disfrutar de ocasiones para empatar. La más importante, la de Kuman en el 92, cuando se plantó, aún escorado, sólo delante del portero para superarle con una vaselina que sólo un defensor local in extremis evitó su conversión en el gol del empate. Dos minutos después, y con la miel en los labios, el colegiado señalaba el final del encuentro y los tres puntos se consolidaban en el casillero del Reocín, convirtiéndoles en el nuevo líder de la categoría.
Los Ríos, por su parte, volvían a casa con la lección aprendida: si quieren, pueden. Sólo es necesario eso: que quieran.